¡Hola queridos suscriptores de Nazareting!
Esperamos que esta nueva entrega de nuestra Newsletter te ayude a descubrir, crecer y revitalizar tu vocación.
Hoy quiero invitarte a una reflexión cercana sobre un tema vital en nuestras relaciones y en nuestra vocación: la comunicación. En cada palabra y gesto se esconde una oportunidad para construir puentes, conocer más a los demás y también a nosotros mismos. Acompáñame en este recorrido, donde exploraremos cómo el diálogo puede transformar nuestras vidas.

Señales de humo: ¿Cómo nos comunicamos hoy?
Vivimos en un mundo hiperconectado, donde los mensajes vuelan a la velocidad de la luz. Sin embargo, paradójicamente, muchas veces nos sentimos desconectados. En el ajetreo del día a día, nuestras palabras pueden perder su peso y nuestras conversaciones su profundidad. Reflexionemos con la historia de las Bodas de Oro: a veces, incluso cuando hablamos desde el corazón, las palabras no llegan como esperamos. ¿Cuántas veces nuestra prisa o falta de atención nos hace oír mal y entender peor?
San Pablo nos recuerda: “Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Colosenses 4,6). ¡Cuánta verdad en estas palabras para nuestros tiempos!

El diálogo: una llave para abrir corazones
La comunicación no es solo hablar; también es escuchar, observar y comprender. Como en la historia de Los seis sabios ciegos y el elefante, muchas veces solo vemos una parte de la realidad. Dialogar significa abrirnos a nuevas perspectivas, reconocer que nuestra visión no siempre es completa y permitir que otros enriquezcan nuestro entendimiento.
El Papa Francisco nos dice: “El diálogo es un signo de gran respeto porque pone a las personas en actitud de escuchar y hablar, en pie de igualdad” (Evangelii Gaudium, 142). En el contexto vocacional, esto es clave: abrirnos al diálogo con Dios, con nuestros guías espirituales y con quienes comparten nuestro camino.

Cómo construir puentes: una guía para el diálogo auténtico
Si deseas que la comunicación se convierta en una herramienta de crecimiento personal y vocacional, te propongo estos pasos:
- Escucha activa: Dedica tiempo a comprender lo que el otro quiere transmitir. Como en La familia que discutía, evita que tu opinión domine la conversación.
- Habla con claridad y empatía: Expresa tus ideas sin herir ni imponer. Pregúntate: “¿Construyen mis palabras o levantan barreras?”
- Busca puntos de encuentro: En el diálogo no se trata de ganar, sino de crecer juntos.
- Ora y reflexiona: Antes de una conversación importante, pide luz a Dios. La oración nos centra y nos da sabiduría.

Un final abierto: preguntas para tu reflexión
La comunicación es una herramienta poderosa que puede cambiar vidas y también transformar nuestra vocación. Te dejo estas preguntas para que sigas reflexionando:
- ¿Soy consciente de cómo mis palabras y gestos afectan a los demás?
- ¿Dedico tiempo de calidad a escuchar de verdad a quienes me rodean?
- ¿Permito que el diálogo con otros y con Dios amplíe mi visión de la vida?
En la familia Sa-Fa, la comunicación es un regalo que nos permite acercarnos más unos a otros y también al Señor. Te animo a que des un paso más en tu camino vocacional, cultivando un diálogo sincero y profundo. Recuerda: cada palabra y escucha es una oportunidad para amar.
¡Gracias por unirse a nosotros en esta reflexión!
Esperamos hayas disfrutado de esta edición de nuestra newsletter y que te haya resultado inspiradora.
¡Hasta la próxima entrega!
Saludos fraternos.
Hermano Roberto Cabello