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Esperamos que esta nueva entrega de nuestra Newsletter te ayude a descubrir, crecer y revitalizar tu vocación.
Los conflictos son una realidad que a todos nos toca vivir en distintos momentos de nuestra vida. Sin embargo, desde nuestra fe y vocación, estamos llamados a vivirlos de una manera que transforme, edifique y nos acerque al sueño que Dios tiene para nosotros. Hoy te invito a reflexionar sobre los conflictos como una oportunidad para crecer y responder al llamado de amor que el Señor pone en nuestro corazón.

Un mundo lleno de puentes y encuentros
Vivimos en un tiempo donde los conflictos parecen estar en todas partes: en redes sociales, en nuestras familias, en nuestras comunidades. A menudo, los conflictos nos desafían y nos hacen sentir atrapados, como los tigres del puente que se negaron a ceder el paso. ¿Cuántas veces nuestras posturas firmes nos llevan a perder oportunidades de encuentro, amor y paz? Reflexionemos juntos sobre cómo podemos vivir los conflictos de una manera que nos transforme y acerque más a nuestra vocación personal.

Cuando las aguas se agitan: los efectos del conflicto en nuestras vidas
Los conflictos no son algo que podamos evitar; forman parte de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, su impacto depende de cómo los enfrentemos. Como nos enseña el Evangelio: “Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano” (Mt 18,15). Cuando elegimos el enfrentamiento destructivo, como los tigres, nos alejamos de nuestra paz interior y del otro. Pero si nos tomamos el tiempo para reflexionar, como con la historia de las tres pipas, los conflictos pueden transformarse en oportunidades de reconciliación.
Los efectos del conflicto mal gestionado incluyen el distanciamiento, la desconfianza y el dolor emocional. Sin embargo, cuando aprendemos a ceder y abrazar la verdad, construimos puentes y no muros. “El amor todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta” (1 Cor 13,7), nos recuerda San Pablo.

De la lucha al abrazo: una guía para gestionar los conflictos
En momentos de tensión, la pregunta no es si tendrás conflictos, sino cómo los vivirás. Aquí tienes algunos pasos prácticos para abordar los conflictos desde una perspectiva cristiana y vocacional:
- Haz una pausa para reflexionar: Antes de actuar, detén el impulso de reaccionar. Dedica tiempo a discernir, “fuma tres pipas”. Respira y pide luz al Espíritu Santo.
- Reconoce tus emociones y pensamientos: Acepta cómo te sientes sin juzgarte. Identifica qué está en juego en el conflicto: ¿tu orgullo, tus miedos o quizás un anhelo no expresado?
- Busca el diálogo sincero: Habla desde el corazón, con respeto y claridad. “La verdad os hará libres” (Jn 8,32), pero la verdad sin caridad puede herir. Encuentra un equilibrio.
- Practica la empatía: Escucha al otro con apertura. Intenta comprender sus motivos y necesidades. Tal vez, como los viajeros de la historia, descubrirás que compartir la verdad disuelve la desconfianza.
- Apuesta por la reconciliación: Si ambos están dispuestos, busquen juntos una solución. Si no, ofrécele a Dios el dolor y la dificultad del conflicto, confiando en Su plan.

Reflexiona y actúa
El conflicto puede ser un terreno fértil para crecer, para construir relaciones más auténticas y para responder al llamado que Dios pone en tu corazón. Hoy te invito a reflexionar:
- ¿Cómo gestiono los conflictos en mi vida diaria?
- ¿Qué puedo aprender de los tigres, del jefe de la tribu y de los viajeros?
- ¿Cómo puedo hacer del amor y la verdad las guías de mis encuentros?
Recuerda: en cada puente que cruzas, hay una oportunidad de decidir. Elige construir, elige reconciliar, elige amar. Como dice el Papa Francisco: “La unidad prevalece sobre el conflicto” (Evangelii Gaudium, 226).
¡Gracias por unirse a nosotros en esta reflexión!
Esperamos hayas disfrutado de esta edición de nuestra newsletter y que te haya resultado inspiradora.
¡Hasta la próxima entrega!
Saludos fraternos.
Hermano Roberto Cabello
Coordinador del Equipo Vocación Sa-Fa